Las valoraciones son evaluaciones neuropsicológicas que realizamos con la finalidad de conocer el estado cognitivo y emocional de la persona, su duración puede variar entre 2 y 5 sesiones.
Diferentes dificultades de aprendizaje, Trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), dificultades académicas, retraso lector, de cálculo, etc.
Problemas conductuales y emocionales como rabietas, oposición, ansiedad (de separación, mutismo…), etc, que se visibilizan en casa, en el colegio u otros ambientes.
Valorar la capacidad general del niño, ante sospecha de altas capacidades, por ejemplo.
Se realiza una primera entrevista con los padres en la que se pregunta por la historia del niño desde el embarazo, se recogen informes realizados previamente (si constan) y se describe el motivo de consulta. En esta primera sesión, se informa a los padres de los pasos a seguir, su coste, duración y descripción de la intervención.
Valoración completa a través de pruebas estandarizadas con el niño o niña, los cuestionarios y registros que el profesional estime oportunos según la problemática. En caso necesario, además se pedirán informes y se contactará con las personas o instituciones pertinentes (colegio, médicos…).
En la sesión de devolución se entrega una copia del informe realizado a los padres, explicando las dificultades y potencialidades del niño y se hace la propuesta de intervención en caso de ser necesario.
Taller que tiene por objetivo favorecer el desarrollo integral de los niños, enseñarles a ser conscientes de su experiencia interna y externa, conocer y gestionar sus emociones y saber relacionarse con los otros conociendo el impacto de sus palabras y acciones.
Se trata de un grupo en el que trabajamos a través del juego diferentes habilidades cognitivas como resolución de problemas, pensamiento creativo, etc. Todo mediante el juego y un ambiente lúdico. Estos talleres se realizan en periodos vacacionales como Navidad, Semana Santa y verano.
Este taller se basa en la práctica de mindfulness que enseña a los niños habilidades vitales que les ayudan a calmarse y tranquilizarse, a imprimir una cualidad reflexiva en sus acciones y relaciones. Vivir de ese modo ayuda al niño a conectarse consigo mismo y con los demás.